jueves, 24 de mayo de 2012

Adicción a Facebook y sus síntomas

Facebook, Facebook, Facebook, es lo único en que pensamos casi todo el día. Ahora por la tecnología hemos encontrado que no solamente existen adicciones de droga, alcohol, etc. sino que existe también la adicción virtual hacia las redes sociales. Y pues la verdad es que muchos dejamos de hacer varias cosas por estar metidos en el mundo de la comunicación inmediata (como en la foto de arriba).  Tenemos amigos, cientos de amigos y otros hasta miles, y por tal razón se acorta el tiempo por estar viendo cada noticia de ellos.
Aunque la verdad puede que nunca hallamos visto a las personas que tenemos agregadas en nuestro Facebook.
En algunos otros casos y algo curioso que pasa muy frecuente es que, le hablas a todo el mundo por facebook, los etiquetas, comentas, chateas, pero cuando vas por la calle y te encuentras a uno de ellos, pasas frente a esa persona pero los dos no cruzan la vista. Entonces fácilmente podemos decir que son “Amigos de Facebook” y no de la vida real.
Entonces aquí les presento 10 síntomas que encontré en la web para localizar si eres un adicto a Facebook.
1.- ¿Cuántas veces al día ingresas a facebook? No se si algunos tienen facebook como la mayoría tiene Google como pagina de inicio.
2.- ¿Revisas tu cuenta Facebook antes de hacer cualquier otra tarea regular?
3.- ¿Siempre estas pensando en lo que haces y quieres hacer en facebook?
4.- ¿Estas pendiente de que hacen o dicen tus amigos, revisas tu lista de contactos para ver si ya están en la red social?
5.- Actualizas tu estado con frecuencia y etiquetas a tus amigos en tus fotos para recibir comentarios.
6.- Pasan las horas antes que te des cuenta que no has hecho nada, excepto navegar en Facebook.
7.- Tus horas de dormir se han reducido en dos horas o más.
8.- Navegas en los perfiles de tus amigos haciendo clic en “me gusta”
9.- ¿Estas pendiente de los cumpleaños de tus contactos?
10.- Te compraste un iPhone o similar solo para conectarte a Facebook.

¿Adicción al Facebook? 

 6 tips para ir dejando atrás tu dependencia

¿Ha disminuido tu productividad laboral debido a la necesidad imperiosa de entrar a Facebook a cada rato?¿Te mantienes pendiente de todo lo que publican las otras personas sobre tus fotos y comentarios? Si no puedes vivir sin estar logueado, entonces seguramente estas sufriendo las consecuencias de una adicción al Facebook.
Vamos, no te sigas engañando. Si la respuesta fue afirmativa a alguna de esas preguntas, entonces es casi seguro que tengas el bicho de la llamada adicción Cyber-relacional. Si tienes instalado el impulso descarriado por entrar en la esfera privada de los demás, una buena cuota de exhibicionismo, y principalmente necesidad ególatra de llamar la atención y obtener respuesta a la información publicada, necesitas ayuda; sigue leyendo.
1. Desactivar las notificaciones por email
Al impedir que Facebook nos avise cada vez que alguien nos haya mencionado o etiquetado en una foto, evitaremos la tentación de entrar en momentos de trabajo y a cada rato a la red social. Mejor es no saber que esta pasando en Facebook hasta que entras al llegar a casa. Deshagamos nuestras suscripciones a grupos que son realmente innecesarios. Otro punto a favor es que nuestra bandeja de correo no estará tan cargada y nos va a ser mas fácil encontrar los correos buscados.

2. Borrar el muro
Esto si puede ser extremadamente radical para la mayoría de viciosos. Las opciones de privacidad de Facebook permiten al usuario impedir que el contenido de su muro sea visto por otras personas. De todos modos puedes estar en contacto con tus amigos vía inbox.

3. Instalar un plugin de limitación de tiempo
Chrome Nnny, es un plugin del navegador Google Chrome que permite al usuario limitar el tiempo de conexión a Facebook u otros websites a las horas o minutos que éste especifique previamente. Tal vez una hora al dia sea suficiente.

4. Usar grupos privados de Facebook con los amigos y la familia
Esta medida es lo mínimo que deberíamos hacer para no desarrollar o controlar una adicción. Creando grupos privados podemos discriminar la información que es realmente significativa de todo. Pero hay que tener verdadera determinación para mantenerse fiel a esta política.

5. Borrar a algunos “amigos”
Aceptémoslo, con la mayoría de nuestros contactos no tenemos una verdadera relación o sencillamente son meros desconocidos. Yo no encuentro problema en deshacer conexiones innecesarias para depurar el inmenso huayco de información que trae Facebook.

6. Desconectarse del chat. De este modo nadie nos va a hablar y distraer. Además, Facebook aun no logra hacerlo funcionar bien. Es frustrante cuando se le desactiva a una de las partes en plena conversación.


Adiccion al Facebook y Otras Redes Sociales

Cada vez más personas utilizan el Facebook, Tuenti, Myspace y otras tantas redes sociales. Mucha gente con tiempo libre o incluso durante el trabajo está enganchada a estos servicios, pero de la simple afición es fácil pasar a una adicción real en algunos casos.
Ya hablamos en su momento de la adicción al WOW -que según veo por los comentarios que dejasteis es mucho más nociva- pero por los millones de gente que se conectan al Facebook era de preveer que algunos incluso lleguen a necesitar ayuda psicológica para desengancharse.
En mi opinión todo esto tiene mucho que ver con la necesidad de aprobación del ser humano, Esperar que alguien te tenga en cuenta con un comentario suele ser el incentivo de que los adictos estén continuamente revisando su perfil ¿que opináis vosotros? Para ilustrar el tema os dejamos este artículo sobre una clínica Italiana que ya ofrece ese servicio:
"En el momento en el que el uso de Internet interfiere en las actividades diarias de un modo significativo es cuando puede ser considerado patológico. Según un estudio, existen dos grupos de jóvenes que corren el riesgo de sufrir adicción a Facebook y otras redes sociales: aquellos con baja autoestima y los que buscan emociones fuertes.
La red social Facebook cuenta ya con 130 millones de usuarios en todo el mundo y ha llegado a superar a Google como página más visitada en Estados Unidos.
Se pueden compartir fotos, noticias, recuperar el contacto con amigos del pasado o enviar de forma sencilla invitaciones a eventos, entre otras muchas interacciones posibles. Sin embargo, según el porcentaje que barajan diferentes estudios, podría haber en torno a tres millones de personas que han convertido el uso de esta página web en una «dependencia».
Un decálogo elaborado por un grupo de fanáticos de la red social perfila los síntomas del internauta «enganchado»: «Su fotografía del perfil ha llegado a formar parte del esquema corporal del adicto a Facebook. Cree que realmente se ve como esa imagen, la mejor, en todo momento». «Una de las máximas realizaciones en la vida personal y social de un adicto es que alguien le desee "feliz cumpleaños" en su muro. Si logra tal cosa, siente que ya ha vivido lo suficiente», dice otra de las premisas.
«Si esto es sólo para matar el aburrimiento», justifica un internauta. Otros, sin embargo, reconocen el peso de las redes sociales en sus vidas: «Tengo que escribir con mayúsculas porque tanto “face” me tiene medio ciega, es una pandemia», ironiza una usuaria de la red social. Son algunos de los comentarios registrados en el grupo «Mi adicción a Facebook me está preocupando… y mucho…».
«Sí, lo admito, soy culpable pero es la consecuencia de no tener trabajo», reconoce una incondicional para quien otro internauta tiene la réplica: «Gracias a él se pasan más rápido las aburridas horas de trabajo este mes». Otros prefieren banalizar la situación: «¿Y cuándo van abrir una clínica para políticos adictos al poder ?.

Cuando una actividad pasa a ser patología
Los expertos reconocen ciertas analogías entre la adicción a Internet y el juego patológico, la adicción al tabaco, el alcoholismo o las compras compulsivas, con la salvedad de que en una persona «enganchada» a las redes sociales no existe una sustancia responsable de la conducta adictiva.
El psiquiatra Federico Tonioni explica que «el uso patológico de Internet provoca síntomas físicos muy similares a los que manifiestan los toxicómanos en crisis de abstinencia», que se traducen en ansiedad, depresión y miedo de perder el control de lo que ocurre en Internet. Los síntomas: pérdida de las relaciones interpersonales, cambios de humor, alteración de la percepción temporal, empleo compulsivo del medio, el 'fetichismo tecnológico', la privación del sueño y problemas físicos de diversa naturaleza como dolor de espalda, vista cansada, etc.
La línea que separa un hobby de una adicción es muy delgada.  Una persona que se sienta fascinada por las redes sociales, donde invierte cantidades ingentes de tiempo con la posibilidad de aprender, fomentar la creatividad y comunicarse estaría dentro de las pautas que conlleva cualquier otra afición. Los problemas surgen en el punto en que se traspasa el uso de la tecnología y aparecen las consecuencias derivadas directamente de la actividad.
Según el catedrático Enrique Echeburúa la adicción llega cuando esa afición «interfiere en tu vida cotidiana o no se busca esa conducta para pasarlo bien, sino para no pasarlo mal.

Perfil del «adicto»
Las adicciones relacionadas con la Red se agrupan en cinco tipos: la sexual (dependencia del sexo virtual o la pornografía), la relacional (relativa a las redes sociales), la compulsiva (adicción a los juegos de azar, las compras, etc), la adicción a las descargas (búsqueda compulsiva de información) y la dependencia de los ordenadores (relacionada con los videojuegos).
En general, en el caso de las redes sociales el perfil del adicto es un joven, varón, con un elevado nivel educativo y cultural, y habilidoso en el uso de la tecnología informática. Se apunta a la timidez como uno de los rasgos habituales, ya que el sujeto encuentra en el ciberespacio la posibilidad de liberarse de la ansiedad producida por las relaciones sociales cara a cara, ganando en autoconfianza, dado el relativo anonimato que proporciona Internet.
El profesor de psicología John Suler señala  en esta línea que aquellos que frecuentan los foros, chats y redes sociales tienen en común la búsqueda de estimulación social. Las necesidades de filiación, de ser reconocidos, poderosos o amados subyacen a este tipo de utilización de la Red.




Los adictos al chat, las redes sociales o al email pueden mejorar súbitamente en el momento en que sus necesidades de comunicación en la vida real aumenten o bien cedan las circunstancias que las restringen.
Una de los numerosos departamentos médicos que van arreciando para tratar al «ciber-adicto» se encuentra en el Policlínico Agostino Gemelli de Roma. Los pacientes acuden sólo durante el día a un ambulatorio en el que se sigue un riguroso protocolo de intervención.
El objetivo siempre es reinsertar progresivamente al enfermo en un   grupo de rehabilitación para «reactivar su contacto con la vida y con los demás». No en vano, el abuso de la Red ha podido arrastrar al paciente a la creación de una identidad ficticia, el aislamiento social y hasta a la obesidad derivada del sedentarismo, entre otras consecuencias.